martes, 18 de agosto de 2009




Caracas, martes 09/09/08


Universidad de Catia debe ser punto de partida para mejorar los niveles de vida de la parroquia Sucre


Prensa MPPES / Orlando Ugueto.- Una universidad popular, que sea inclusiva, participativa y que genere mejores niveles de vida para su comunidad; fue la conclusión a la que por unanimidad llegaron en asamblea los miembros de las comunidades organizadas de Catia, parroquia Sucre de Caracas, con los representantes del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior (MPPES), en función del proyecto de la Universidad Popular Bolivariana de Catia, una de las instituciones Territoriales de la Misión Alma Mater.

Rubén Reinoso, profesor miembro de la comunidad de Catia y Asistente Ejecutivo del Despacho de la Viceministra de Políticas Académicas del MPPES, expresó ante los asambleístas de la populosa barriada caraqueña, quienes se congregaron el pasado 28 de agosto en la Casa del Obrero, que estas futuras universidades, deben tener, ciertamente y como su nombre lo indica, una fuerte identidad territorial.

Expuso que estas universidades tienen que combinar tres cosas: en primer lugar, resolver los problemas del territorio donde tienen asiento, es decir, crear una institución que genere conocimiento y profesionales de calidad para insertarse en el mercado laboral y formar ciudadanos de nuevo tipo en el marco de la Revolución Bolivariana; en segundo lugar, recoger la tradición de la zona y con ese conocimiento, desarrollar un diálogo de saberes y, en tercer lugar, superar los problemas que históricamente ha tenido la educación venezolana y que, por ende, sea inclusiva y permita que los sectores populares participen, que sea gratuita y genere buena calidad de vida.

Reinoso añadió en forma vehemente que esa universidad debe ser un punto de encuentro: una universidad hacia fuera y no hacia adentro, que no esté en el marco de sus paredes, sino que sus paredes sean los límites para desarrollarse hacia todos sus espacios…por ello esta universidad debe ser para los catienses, pero también para los caraqueños, porque este es un gobierno inclusivo, este es un gobierno de todos.

“Por eso es territorial, porque tiene un asiento en la comunidad y se hace viva en la medida que integra la relación profesor, alumno y comunidad, porque es el centro donde la comunidad construye su saber y lo formaliza en un diálogo con las instituciones…todo esto hace que esta sea una universidad distinta, que sea una universidad que no se piensa desde la profesión, sino desde el encuentro, desde la vinculación de una cosa con la otra”, agregó.

Argumentó que Catia surge producto de la violencia del sistema y tuvo un crecimiento de la gente humilde que se vino del interior buscando nuevas oportunidades de vida. Por lo tanto, “estas comunidades tienen que generarse mejores niveles de desarrollo y la futura universidad ayudará a la superación de sus problemas, -visibles e invisibles- mediante el desarrollo de una vida con dignidad, expresados en los mejores valores, el diálogo, la convivencia y la paz”.

Dijo además que “para elevar la calidad de vida… tienes que combinar el conocimiento científico con el saber popular y en ese diálogo ayudar que la gente construya una nueva calidad de vida, y que en ese espacio público que es la universidad, se desarrolle una forma de convivencia y de acción que tomando lo mejor de la tradición catiense se desarrolle eso que decía la gente: “pobre pero honrado”.

“la idea es que toda la comunidad se empate…”

Por su parte, Francisco Aguana, popular maestro residente de esta parroquia, dijo en relación con la creación de la Universidad Territorial del Distrito Capital, en Catia, que lo que se quiere es que ésta esté dirigida a la búsquela de la identidad del catiense.

Precisó que “la idea es que toda la comunidad se empate en su construcción; que sea un logro a alcanzar y por el cual luchemos todos; que se ampare en lo universal y dentro de ello, lo particular, porque Catia una de las cosas que la caracteriza es su universalidad”.

“En Catia conviven diversas nacionalidades que se expresan en variados idiomas; existe un insuperable gusto por la papa catiense: aquí la gente sabe qué es y como se come la comida china, italiana, árabe, haitiana, africana, es decir, ese ruido, ese colorido diverso que tenemos en las calles, nos caracteriza y nos identifica”.

Enfatizó que esa es la universidad que quieren, esa que recoja la memoria de Catia, no la memoria conmemorativa, sino lo que ha sido por ser una comunidad que tiene una historia.

“Catia llegó a ser la principal zona industrial de Caracas y uno de sus principales negocios eran las tenerías, las curtiembres y las textileras, que luego crecieron y se transformaron en empresas de productos elaborados de cuero y tela…”, recordó.

- Por todo esto -aseveró Aguana- es que la universidad no puede ser solamente un proyecto universitario, sino que a partir de allí debe demostrar y reconocer lo mejor de nuestro parroquiano, que sea un punto de partida en la búsqueda de la identidad del catiense.

La asamblea popular contó además con la asistencia de Facundo Baudoin, arquitecto encargado del proyecto universitario y de Alejandro Villalonga, coordinador de la Comisión de Vinculación Comunal de la Misión Alma Mater.